jueves, diciembre 14, 2006

Xams 50 años

La Relojería de Xams


Me gustan esas máquina viejas construídas por inventores chiflados para inverosímiles propósitos, pero que de algún modo funcionan.
Me gustan los inventores de cosas descabellas y el entorno que espontáneamente crean.
El taller de Xams poseía esta atmósfera. Sus pinturas y esculturas tienen algo de máquinas espaciales. Esos objetos no identificados (ONIS) eran ensamblajes de tela, plástico, trozos de metal y pintura unidos a fuego con soplete.

Las pinturas de Xams están dentro de las mejores obras de arte que he visto: misteriosas y futuristas. Ninguna parece un mero intento, todas parecen completas.

A Xams le gustaba definirse como escultor. La escultura le ofrecía posibilidades de evolución a su obra. En realidad le permitía entrar en la corriente casi infinita de los objetos y transformarlos. Su obra era un reciclaje continuo de objetos encontrados en la basura urbana. Arte povera, sí. Arte no frío.

Cuando le conocí Xams vivía con su familia de origen. No fue fácil llegar hasta su pequeño taller- habitación, repleto de obras ya listas o en construcción. Obras de pequeño o mediano formato (en chile un cuadro de 2x2 mts. es de formato grande).Por fortuna su familia “decoraba” la casa con sus trabajos.

Xose Alberto Moreda Suarez, simplemente Xams, trabajaba con una precisión y pulcritud envidiables (tan apropiadas para ese pequeño espacio) en contaste con mi modo de hacer las cosas en aquel tiempo, que consistía en tropezar a menudo con los tarros de pintura. Por eso para mí su taller era una verdadera “relojería” en la que ajustaba con precisión pequeños mecanismos que funcionaban de manera asombrosa como fantásticas obras de arte.