miércoles, agosto 12, 2009

Sobre Educación 2

Por Ignacio Barrientos


La educación en todo caso es una experiencia común, un tema cercano, del que todos podemos decir algo.
En lo que se refiere al conocimiento cada individuo puede buscar la forma de acceder a lo que le interesa. En la posibilidad está la clave. No todos han tenido la posibilidad, algo que ahora con internet parece resolverse.
El punto es aprender a buscar en la red. Ahí se necesitan ciertos criterios y los profesores deben hacerse cargo. Sin embargo en internet ocurre que el más hábil o el que tiene un espectro de intereses más amplio es el que lleva la ventaja y no siempre son los profesores sino los jóvenes. Por tanto el aprendizaje entre todos, en el que cada cual enseña lo que sabe, es la mejor forma de aprender. El profesor puede fijar ciertas direcciones o actuar de moderador del proceso, pero la información y el conocimiento ya no está sólo focalizada en él, está mucho más repartida.

Para mí, el modelo de conocimiento más relevante, ha sido siempre personal. El individuo en soledad o compartiendo en una situación precisa con el interlocutor adecuado. En la adolescencia el compartir con un amigo el libro o el disco que te interesa, el mostrarle el dibujo que has hecho o lo que has escrito, significaba siempre una evolución, un crecimiento. Por suerte contábamos con los elementos y los estímulos, pero como he dicho, con internet estamos frente a la posibilidad de cambiar muchas cosas y de modo radical.

Sobre Educación 1

Por Ignacio Barrientos

El sistema educativo en Chile, es como un gigante fatigado al que con distintas recetas se quiere poner de pie. A pesar de los esfuerzos se le doblan las rodillas sin poder alzarse.

Los planes y programas de estudio son pautas acerca de cómo dosificar hasta la exasperación unos contenidos que bien podrían tratarse en mucho menos tiempo. Una crítica fundamental al proceso educativo se refiere a esta dimensión temporal, ahora que en Chile se habla de jornada escolar completa, lo que significa más horas dentro de los colegios, más horas bajo rígidas directrices ¿y para qué?. En este punto planteo mi discrepancia.

Cualquier vida escolar conlleva muchas anécdotas, es la manera de compensar con humor, las largas horas de encierro y sin sentido. Si nos fijamos en nuestros recuerdos, sólo podemos dar cuenta de unas pocas imágenes destacadas dentro de una trama gris y de una especie de uniformado sopor interminable.
Menos mal que toda generación que se precie tiene sus protestas y revueltas estudiantiles, que son uno de los momentos lúcidos del proceso. Se aprende más en esos días que durante la rutina escolar.
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