Hace
años en Heidelberg, Alemanía, me sorprendí que las peluquerías tenían en sus
paredes cuadros contemporáneos. Esto está muy bien pensé... Un oficio, una
actividad cotidiana incorpora pintura moderna en sus paredes. Bien por todos,
probablemente los artistas fueran conocidos o amigos de los peluqueros…no
importa, de cualquier modo a eso aspiro en nuestra ciudad y en el país. Que
cada vez más gente participe de nuestra actividad. Que vayan cambiando
trilladas reproducciones, adornos bauer, chucherías varias por auténticos
cuadros u objetos contemporáneos. No es tan simple. Partiendo por el hecho de que en
estos momentos somos más numerosos los artistas que nuestros efectivos
compradores.