viernes, septiembre 06, 2013

La Revolución de las Paredes 3

 Por Ignacio Barrientos F.

La necesidad de decorar o romper el vacío de una pared existe en cada casa, en cada edificio del país pero respecto de esto no hay una relación inmediata o cercana con el trabajo de los artistas visuales.
¿Cómo hacer para que la producción de los artistas  tenga una salida lógica y normal?
¿Cómo hacer para que objetos estrambóticos, subjetivos e “innescesarios” se conviertan en un bien de consumo aceptado?
Este es un caso donde se alteran las reglas del mercado. No existe un gran público que demande arte actual, sin embargo La persistente producción de obras va incitando, estimulando, cambiando el gusto del público. Ante la constante presentación de obras la gente terminará reaccionando de algún modo.
Los artistas visuales y su empeño seguirán existiendo ¿Qué hacemos con ellos? se preguntará un Estado preocupado.
Desde la administración pública y desde canales privados  se pueden tomar algunas medidas. Facilitar,  o subsidiar el arriendo de locales para la exposición de obras con propósito de venta. En otras palabras formar galerías de arte a nivel comunal (al menos una); además hacer ferias de arte estacionales. En este sentido faltan especialistas o gente (no artistas) con el gusto y la voluntad de aprender sobre arte que quiera realizar las tareas de organizar, administrar y promocionar tales iniciativas.
Las  experiencias de particulares (personas individuales) en cuanto a mantener galerías  se ha estrellado con los costos de los arriendos de las salas y  por este motivo no han durado más de un par de temporadas. Por tal motivo se necesitan aportes económicos que apoyen esos esfuerzos.
Ideas pueden surgir muchas a poco pensar, desde aquí planteamos por ej.  que el Estado  o los municipios consideren la compra de obras para  cada uno de los edificios públicos, incluidas por supuesto las escuelas y liceos de todo Chile.
La administración municipal y  los organismos pertinentes podrían a nivel local convenir con las cafeterias de la ciudad que destinen al menos una de sus paredes a la exposición de obras, proporcionando  para ello  el adecuado sistema de iluminación.
 
 Este puede ser elmomento para comenzar La  Revolución de las paredes.